En una nueva conmemoración del Día del y la Joven Combatiente, fecha en que el mundo popular conmemora con múltiples y diferentes manifestaciones, sin embargo este 29 de marzo, junto con traer el recuerdo de una juventud que en los años 70’s y 80’s dio una lucha directa contra la dictadura, también nos muestra como hoy la valiente juventud actual, se vuelve a politizar y retoma esa lucha luego de la revuelta popular.

Seguramente veremos en unos días mas como la institucionalidad impulsa la criminalización de una conmemoración de la cual no han podido apoderarse, para desvirtuarla como lo hacen con otras luchas, esa institucionalidad cuestionada hoy, que sigue buscando la forma de perpetuarse, por intermedio de acuerdos entre si y elecciones que canalicen el descontento social, con discursos de clase y con sus medios de comunicación obviamente montando el show ya visto años antes, algo que ademas busca la justificación de la represión al sector popular, que no cae en sus cantos de sirena y que sigue buscando su propio destino bajo el poder popular.

Tras 37 años del asesinato de Mauricio Maigret, y 36 años de los asesinatos de Paulina Aguirre y los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, todos militantes del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) sus historias siguen siendo omitidas, en un intento por borrar su discurso y consecuencia por la cual fueron perseguidos/as y ejecutados/as, sus luchas son las luchas de hoy, nada ha cambiado, el enemigo y la lucha de clases vuelven a ser un punto importante en los movimientos populares, esos que han buscado por décadas de lucha, una identidad en el pasado que entregue un presente y futuro distinto.

 

Mauricio Maigret Becerra

Estudiante de 17 años de la Educación media, militante del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), apoyó el levantamiento popular de Pudahuel durante el 29 de marzo de 1984, parte de la acción que contemplaba un ataque a la Subcomisaría Teniente Merino, misma que hoy ha sido atacada por los pobladores tras reprimir y violar los DD.HH. de las personas de esa comuna. Fue en ese momento cuando la CNI llegó a la calle San Daniel con pasaje Nassau y Mauricio debió asumir la misión de cubrir a sus compañeros/as, después de unos minutos cae en combate por dos balas de armas automáticas de la Central Nacional de Inteligencia de Pinochet, su heroísmo permitió que todos/as sus compañeros y compañeras pudieran escapar y quedar a salvo.

«…Ahora que ya tengo 18 años, me siento orgulloso de haber recorrido todo este camino.
Ha sido muy difícil, he retrocedido muchas veces, he dudado de lo que pienso, he vacilado y he sentido miedo, pero por sobre todo esto ha primado la conciencia de que este sistema es brutal y sanguinario, de que lo único que vale la pena en la vida es luchar por un orden más justo y que cualquier otra alternativa que uno elija que esté dentro del sistema, lo convierte en cómplice de la miseria y el terror.
Los revolucionarios y especialmente nosotros los jóvenes valoramos infinitamente la vida, amamos a nuestro pueblo y luchamos por un mundo mejor.
Por ese amor es que estamos dispuestos a dar lo mejor de nuestras vidas, por eso no tememos el morir en el combate.
Por amor superamos todo nuestro egoísmo y nuestro miedo.
Fragmento de una carta de Mauricio Maigret Becerra fechada en Stgo. 28 – 12 – 1983 publicada en el Boletín N* 1 de la Comisión Anti Represiva C.A.R de Pudahuel.

Con esa convicción y lucidez Mauricio expresaba amor por su pueblo, amor que demostró entregando su vida.

 

Paulina Aguirre Tobar

Paulina entró a militar en el MIR a sus cortos 15 años, seguramente impulsada por su vivencia, hija de Luis Aguirre Smith torturado y encarcelado en Calama junto a su tío Pedro, mientras su tío Carlos Acuña Alvarez había sido fusilado en Antofagasta.  

A los 20 años ya cumplía tareas de responsabilidad en la organización revolucionaria. Su asesinato fue parte de un montaje que buscaba disfrazar la política de aniquilación de los militantes que luchaban contra la Dictadura. Ella fue asesinada en el Arrayán, en la casa en la que vivía y en donde -según versiones- se guardaban municiones, pretexto ocupado para vigilar y seguir día y noche a Paulina, Fue el mismo Álvaro Corbalán (Jefe de Brigada de la CNI) quien, liderando la Brigada Azul, quien se encargó de la operación de montaje y ejecución el 29 de marzo de 1985.

Paulina fue alumna del colegio Valentín Letelier, dibujaba, tocaba la guitarra y tenía un fuerte compromiso político y social, muestra de aquello son estos versos que le dejó a su padre:

«Cuando el dolor,
la sangre, el odio y la muerte
son necesarios,
miles de manos se tienden
para tomar las armas.
Acuérdense ustedes de mí 
Siempre».


La joven militante, cuyo nombre político era Luisa, trabajó cinco años en la clandestinidad. Sus padres estaban separados y vivían en el exilio. Luis Aguirre en Francia y su madre, María Eugenia Tobar Andrade, en Suecia, Paulina también creía en un futuro distinto y por eso luchó hasta el ultimo día de su vida.

 

Rafael y Eduardo Vergara Toledo

También fueron militantes del MIR, Rafael tenia 18 años y Eduardo 20 años, fueron asesinados por la dictadura de Pinochet el 29 de marzo de 1985, parte de de Villa Francia, al igual que su hermano mayor Pablo, quien fue asesinado 3 años después.

Crecieron en una familia con un fuerte compromiso político y social, por lo que ambos hermanos eran activos dentro de sus espacios, Eduardo ingresó a la Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación (UMCE), conocida en Chile como «el Pedagógico», a estudiar Historia, sin embargo, fue expulsado por las autoridades fascistas debido a sus vinculaciones políticas. Rafael, estudiante secundario, también había sido expulsado de su colegio por «agitador político».

Ell 29 de marzo de 1985, Eduardo y Rafael, junto a cuatro militantes más del MIR, caminaban por las calles cercanas a Villa Francia, siendo interceptados por una patrulla policial, al ver esto los jóvenes emprenden distintas huidas, pero los hermanos Vergara-Toledo se escabullen juntos por callejones de la poblacion vecina Robert Kennedy.

Es ahí cuando carabineros dispara alcanzando a Eduardo, quien cae abatido. Su hermano, Rafael, se regresa para ayudarlo y pese a la insistencia de Eduardo, antes de morir en el lugar, su hermano permanece con él. La patrulla no tarda en llegar. Rafael es golpeado brutalmente antes de ser ejecutado con un disparo en la cabeza.

«Eran aproximadamente las 19:30 hrs del viernes 29 de marzo de 1985, Eduardo y Rafael corrían desesperadamente… Carabineros los perseguían muy de cerca. La emboscada ya estaba hecha. La orden era matarlos», reseña el libro Los Muertos en Falsos Enfrentamientos, publicado por el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo,  CODEPU.

La prensa y dictadura armaron un montaje para intentar criminalizar y encubrir el asesinato de los dos hermanos, la investigación y la justicia han desmentido la versión oficial que se esgrimió en la época, esa que decía que habían sido detenidos tras un delito, cuestión que fue demostrada era falsa y que tenia que ver con  el accionar criminal de carabineros que los ejecutaron.

Se destaca la activa participación en lo importante que fue la articulación de la resistencia contra la Dictadura, en la dirigencia estudiantil y en el territorio, uno de los principales sectores de lucha en los años 80.

Cabe mencionar que los levantamientos populares en los territorios fueron impulsados por jóvenes como Rafael, Eduardo, Paulina y Mauricio, y fueron esenciales para que el pueblo buscara organización y canalizara su descontento en acciones concretas que pusieron al régimen dictatorial en jaque. Fueron esas acciones y muchas otras, las que hacieron retroceder a la Dictadura y la obligaron a negociar una salida pactada, plebiscito.

El origen del “día del joven combatiente” nace de una decisión política del MIR luego de los asesinatos, para rescatar la caída en combate de sus jóvenes militantes, Eduardo, Rafael, Paulina y Mauricio, y la de todos los jóvenes de diferentes organizaciones revolucionarias que a pesar de su corta edad decidieron enfrentar a la dictadura y entregarse por completo a la defensa de su pueblo, es por eso que encuentran solidaridad en Rodriguistas (FPMR) y del MJL (Movimiento Juvenil Lautaro, Lauchas) quienes se sumaron a la conmemoración, el primer año se hace un recordatorio mensual en la gruta en Villa Francia y para el año 1987, queda instaurado el 29 de Marzo como «El Día del Joven Combatiente». Con la llegada de La Concertación y la continuidad de las políticas de la dictadura se sigue recordando y conmemorando cada 29 de marzo.

 

Hoy ad portas de un nuevo 29, los jóvenes combatientes han vuelto a tomar ese protagonismo en la lucha de hoy, con la misma lucidez, construyendo día a día poder popular, tejiendo en lo social, esa que entiende que la lucha no es es solo contra quienes administran el sistema, sino que, contra todos quienes lo reproducen, contra el poder, con solidaridad en la calle y con organización revolucionaria en los territorios, porque el poder no se obtiene con votos, el poder se obtiene con convicción, con la convicción de la unidad y organización revolucionaria.

 

 

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